La capital del Magdalena cuenta, según las proyecciones del DANE, con 552.391 habitantes en el 2022. En efecto, dicha cifra la haría estar incluida en un listado de metrópolis ONU-HÁBITAT, o en otros casos, en el criterio de áreas urbanas funcionales de la OCDE.
Sin embargo, ¿Cuáles son esas características que hacen de Santa Marta una metrópoli? Para ONU HÁBITAT la definición está en las relaciones funcionales que tenga la ciudad central con sus vecinos, más allá de los criterios administrativos que suelen emplearse para delimitar las áreas metropolitanas.
¿Cuáles son esos hechos metropolitanos que la catalogaron como una metrópoli?
En términos generales se considera que la ciudad principal debe ser el espacio de desplazamientos por motivos laborales o de adquisición de servicios (salud, educación, servicios especializados) que involucran movimientos de población recurrentes entre el núcleo y áreas sub urbanas, periurbanas o rurales.
Por ejemplo, la OCDE considera el estándar del 10% de población laboral que conmuta entre su sitio de residencia y el lugar de trabajo, Santa Marta. Aunque es ineludible el crecimiento de la población, de la urbanización y el surgimiento de nuevas metrópolis más pequeñas, en el caso del Magdalena existen ciertas incertidumbres que, considero, es momento de abordarlas pensando en un escenario entre 20 y 30 años en el que la ciudad pueda desbordar sus límites y acercarse más hacia Ciénaga.
Mecanismos
En primer lugar, es necesario fortalecer los mecanismos de gestión metropolitana; reconocer que existen relaciones económicas, funcionales y territoriales mucho más allá de los límites distritales. Los esquemas de asociatividad territorial pueden coadyuvar en la ejecución de proyectos conjuntos, pero la definición de las responsabilidades y el rol de los actores metropolitanos, es decir, el esquema de gobernanza, debe priorizarse para pensar en un gobierno o una instancia metropolitana.
Lo anterior implica buscar nuevas formas de financiamiento del desarrollo urbano conjuntas, basadas en el interés general y la resolución de los cuellos de botella que obstaculizan una mayor integración metropolitana.
Por ejemplo, la conexión a través del transporte urbano, su infraestructura, y la prestación de servicios públicos deben ser temas puestos sobre la construcción de una agenda metropolitana. En esto, creo que las autoridades de Santa Marta son plenamente conscientes, en tanto son el centro de consumo de bienes y servicios de una gran parte de los municipios del departamento.
Crecimiento urbano
Por tanto, avanzar hacia un esquema de gobernanza metropolitana permite avanzar hacia una mayor integración y sobre todo, la armonización de las políticas de crecimiento urbano, apostando por una ocupación ordenada y respetuosa de las limitaciones naturales.
Formalmente, quiero decir, desde los criterios estadísticos la ciudad puede clasificarse como metrópoli. Pero, ¿somos plenamente conscientes de lo que esto implica en términos de ordenamiento territorial? Esta ha sido una de las reflexiones que dentro del equipo de Visionarios Magdalena nos hemos planteado, pensando en cada uno de los posibles escenarios en los que se proyecta el departamento del Magdalena.
Iván Andrés Verbel Montes – Economista.
Consultor en economía urbana y políticas públicas.
