Las ciudades esponja son un concepto novedoso en la planificación urbana de los territorios y que en los últimos años ha venido evolucionando y tomando mayor fuerza. Hoy en día se entiende las ciudades esponja como aquellas que aplican soluciones basadas en la naturaleza, como techos verdes, pavimentos permeables y biorremediación, junto con la restauración de humedales y ríos urbanos y periurbanos, buscando mitigar los impactos negativos de la urbanización sobre los ecosistemas naturales.
Este año, el Centro de Negocios Global en China comenzará a actuar como una “ciudad esponja”. El Área Especial de Shanghai Lingang, un nuevo centro para el comercio global en China, busca incorporar la sostenibilidad y la naturaleza en su corazón. De tal manera, que ha presentado su plan maestro, el cual busca atraer a algunas de las empresas más importantes del mundo, incorporando la sostenibilidad y la naturaleza como centro de este plan.
El diseño del plan se realizó alrededor del eje central que une el distrito del lago Dishui en el centro de Shanghái, estableciendo una identidad icónica para una zona de libre comercio y un distrito comercial que tiene como objetivo atraer empresas importantes, ya que facilita el comercio mundial. En total, el plan a gran escala incluye cuatro edificios comerciales, más de 89.000 metros cuadrados de comercio minorista, más de 7.500 metros cuadrados de espacio cívico y más de 28.000 metros cuadrados de espacio abierto.
Este plan fue diseñado para que el sitio actúe como una ciudad esponja, en la que los abundantes espacios verdes juegan un papel clave en la absorción del exceso de agua de lluvia, ayudando a mitigar cualquier daño potencial por tormentas e inundaciones, al mismo tiempo que moderan las temperaturas y reducen la erosión.
Según la ONU, la iniciativa de ciudades esponja surgió en China, país que tiene actualmente el ambicioso objetivo de lograr que, en el año 2030, el 80% de sus áreas urbanas absorba y reutilice al menos el 70% del agua de lluvia.
La adopción de las soluciones basadas en la naturaleza no solo son necesarias para mejorar los resultados de gestión del agua y lograr la seguridad hídrica, también son fundamentales para garantizar la entrega de beneficios colaterales que son esenciales para todos los aspectos del desarrollo sostenible. Aunque estas soluciones no son una panacea, juegan un papel primordial en la construcción de un mejor futuro urbano, más brillante, más seguro y equitativo para todas las personas.
Es así como desde nuestro proyecto Visionarios Magdalena buscaremos impulsar soluciones que sean sostenibles y que permitan mejorar el desarrollo competitivo de todo el departamento. Buscaremos estrategias que se basen en la protección de los ecosistemas urbanos naturales, restauración ecológica y piensen en el futuro de los ecosistemas.
Por Andrés Lattá Miranda: Magíster en Economía, Consultor senior en políticas públicas.
