Conocer plantas que crecen en lugares inhóspitos, descubrir las interacciones entre las diferentes especies de un destino turístico, participar en actividades para preservar animales vulnerables o incluso observar galaxias lejanas. Todas estas son experiencias que se pueden vivir gracias a una interesante unión del turismo y la ciencia. En este artículo abordaremos las actividades que desarrolla el turismo científico, de manera simple y con ejemplos.
Para comenzar, veamos de qué se trata el turismo científico y cuál es su importancia.
Qué es el turismo científico y por qué es importante
El turismo científico abarca las experiencias de viaje que tienen como objetivo la adquisición y difusión de conocimientos científicos. En este, el viajero participa de forma activa en la generación y aprendizaje de dichos conocimientos.
Según Pascal Mao y Fabien Bourlon, el turismo científico ocurre en la intersección de al menos 2 o más de los siguientes campos: Cultura e interpretación, exploración y aventura, investigación científica, y educación y aprendizaje. De la combinación de estos, en mayor o menor medida, se obtienen por ejemplo, los viajes culturales y de aprendizaje, o las exploraciones deportivas y científicas.
Su importancia radica en el aporte que hace al avance científico, la comprensión de las características y dinámicas ecológicas o sociales de un destino (lo que ayuda a encontrar soluciones a los problemas que enfrenten). Además, los centros de investigación y desarrollo han descubierto ventajas, por citar algunos, la reducción en los costos en la obtención de datos durante una investigación o la preservación de rasgos culturales de una comunidad.
El turismo científico es mucho más que simplemente salir a recolectar datos o aprender sobre ciencia. Enumeremos las actividades que se pueden hacer dentro de este tipo de turismo.
1. Tours guiados por biólogos y ecólogos
Estos recorridos van más allá de ser un recorrido panorámico para ver vida salvaje, por lo general son experiencias turísticas que van dirigidas a científicos y voluntarios en los que se levantan datos de suma importancia para los centros de investigación y desarrollo.
Esto no quiere decir que no existan actividades abiertas a visitantes que no estén tan involucrados con la comunidad científica. Contamos con casos como las investigaciones de Pacífico Adventures en Perú, quienes a través de excursiones de avistamiento de ballenas jorobadas recolectan información valiosa sobre estos y otros cetáceos.
2. Visita a museos y laboratorios
Este es uno de los ejemplos más fáciles de identificar dentro del turismo científico: las visitas a museos de ciencia, laboratorios, universidades, observatorios astronómicos o cualquier otra instalación científica. Se entiende que este tipo de actividades tiene como propósito generar espacios para aprender sobre ciencia, justo en los lugares donde se hacen avances en la materia.
Podemos ilustrar este punto citando los tours guiados en el CERN en Suiza, o la NASA en Estados Unidos, sin embargo, en la mayoría de las grandes ciudades del mundo hay museos de ciencia donde se puede aprender de forma interactiva sobre física, química, biología, tecnología, entre otros.
3. Ver y estudiar eventos astronómicos
Algunos eventos astronómicos causan tanta fascinación que son oportunidades para convertirlos en un “atractivo turístico”. Aunque las lluvias de meteoros, alineaciones planetarias y eclipses lunares provocan bastante interés en los aficionados a la astronomía, quizá entre los fenómenos astronómicos que más interés despiertan se encuentran los eclipses totales de sol.
Un buen caso de esto son los preparativos para el eclipse solar que se podrá observar en algunas ciudades de Texas en Estados Unidos en abril de 2024. Desde ya se pueden reservar tours de varios días en el que se incluyen transporte, alojamiento, actividades, acompañamiento de astrónomos y otros servicios. Son paquetes turísticos completos que buscan aprovechar al máximo la visita de los interesados en observar el eclipse.
4. Excursiones para estudio geológico
Conocer la historia natural del planeta Tierra en un lugar estratégico, mientras se disfrutan de escenarios hermosos, es posible en un tour bien organizado. Excursiones a destinos que tienen formaciones geológicas clave y/o fósiles hacen parte de esta forma de hacer turismo científico.
Escenarios como la sección de las Montañas Rocosas ubicadas al oeste de Calgary en Canadá cuentan con planes para aprender sobre la formación de estas cordilleras, ver fósiles de dinosaurios, la evolución glaciar en la zona e incluso como se vincula con el poblamiento de América. Otros destinos de interés geológico son los volcanes activos o áreas geotérmicas, lugares como la isla de Estrómboli, y el Etna, en la isla de Sicilia, resultan atractivos hasta para turistas de aventura que no tienen como principal motivación conocer sobre aspectos geológicos.
5. Viajes de historia y arqueología
Aunque los viajes en el tiempo no sean posibles, existen formas de “visitar” el pasado a través de planes turísticos a sitios arqueológicos, como ruinas, yacimientos o simplemente a lugares con gran importancia dentro del desarrollo de la civilización humana. Estas experiencias permiten al viajero descubrir los orígenes de creencias o costumbres, el arte, arquitectura y estilo de vida de culturas desaparecidas, entre otros.
Muchos de estos sitios arqueológicos datan de eras tan tempranas de la humanidad que demandan la presencia de expertos que puedan brindar información de calidad y preservar el lugar.
6. Aventura, deportes extremos y ciencia
Aunque la divulgación científica en los medios de comunicación ha demostrado que la ciencia puede ser divertida o entretenida, en algunas actividades del turismo científico es necesario integrar experiencias de aventura o deportes extremos para poder llegar a lugares de difícil acceso.
Un modelo de este tipo de actividades puede verse con las investigaciones de la asociación Centre Terre, quienes aunque no tengan como intención promoverse desde el punto de vista turístico, las expediciones que realizan tienen los elementos necesarios para entrar dentro del turismo científico.
Estas investigaciones, que tienen un foco multidisciplinario: biología, arqueología, geología, oceanografía, etc. Son posibles porque los participantes practican deportes extremos que van desde el montañismo hasta el buceo en cavernas.
7. Otros ejemplos de turismo científico
Hay muchos ejemplos de este tipo de turismo, hasta aquí hemos resaltado las más comunes. Otros ejemplos los encontramos en las expediciones a lugares apartados del planeta (inhóspitos, con condiciones climáticas y de medio ambiente muy particulares como el Ártico), o para comprender fenómenos como las auroras boreales.
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Un tipo de turismo de nicho muy especial
El turismo científico es una forma fascinante de explorar el mundo y aprender sobre la ciencia y la tecnología. Vimos que las actividades que se desarrollan dentro de esta faceta del turismo pueden incluir desde una tranquila visita a un museo de ciencia, hasta la escalada de una montaña para estudiar el comportamiento de un glaciar; desde la excursión a una región que esconde información sobre la formación del planeta tierra, hasta el viaje a un punto del globo en el que habrá un eclipse solar.
Sin duda, el turismo científico es una oportunidad de ofrecer una experiencia educativa y emocionante para los que buscan combinar su pasión por la ciencia con la exploración del mundo.
