Este contenido pertenece a autores expertos del equipo técnico del proyecto, y hacen referencia a los adelantos que se van desarrollando en Visionarios Magdalena; la autoría es de quien escribe y no pertenece a una mención oficial de la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena ni Vertical-i.
Al mencionar a Ámsterdam muy seguramente asociamos a la ciudad con bicicletas y canales, o al hablar de La Haya la referencia inmediata es la Corte Penal Internacional, y en el caso de Róterdam su puerto. ¿Qué tienen estas ciudades en común? Todas hacen parte de una región conocida como Randstad y se ha convertido en un ejemplo notable de lo que se conoce como Regiones Urbanas Policéntricas. La región del Randstad tuvo un PIB 420 mil millones de dólares en 2019 (de acuerdo con la OCDE), cuenta con más de 8 millones de habitantes y para 2018, Ámsterdam fue clasificada como la doceava ciudad más sustentable según la consultora Arcadis.
¿Por qué traemos el anterior ejemplo? El Randstad es una referencia global de una región competitiva y con equilibrados niveles de desarrollo económico entre las ciudades que hacen parte de la región. Y es precisamente lo que en esencia busca una Región Urbana Policéntrica. Los cambios en las estructuras económicas han transformado los tradicionales modelos clásicos de organización territorial monocéntricos hacia redes policéntricas al interior de las ciudades y las regiones. La menor dependencia sobre los costos de transporte y en especial la mayor participación del sector servicios han puesto en escena la descentralización de las funciones económicas. Así mismo, los cambios en los patrones demográficos y en la movilidad (si lo pensamos desde el multimodalismo) se han convertido en factores determinantes para la transformación de las regiones.
En tal sentido, una región policéntrica basa su funcionamiento en las relaciones e intercambios de bienes y servicios entre cada uno de sus nodos, es decir, las ciudades que pertenecen a esta. Dado el carácter de centralidad de cada uno, un aspecto importante es la complementariedad entre los centros urbanos, bajo una lógica de cooperación y la explotación de los beneficios derivados de la participación en la red.
De esta manera, cobran especial importancia las estrategias de competitividad regional, y por supuesto de colaboración, basadas en el conocimiento y la innovación. Tradicionalmente, los procesos de innovación se derivan de las economías de aglomeración propias de los centros urbanos. Sin embargo, con la menor dependencia sobre los costos de transporte y la caída en los costos de comunicación, la innovación es factible que ocurra en espacios descentralizados, o en nuestro entender, en red.
Por tal motivo, un Distrito Policéntrico de Innovación Inteligentemente Especializado (DPIIE) se caracteriza por la complementariedad funcional de sus nodos, en tanto el intercambio de servicios, información, personas y sobre todo, conocimiento, ocurre en un contexto descentralizado a partir de la construcción de capacidades locales y la explotación de sus propias ventajas competitivas. Y es importante la participación de la cuádruple hélice en la constitución del DPIIE, precisamente por el carácter descentralizado y de red de los procesos de innovación.
El éxito de regiones como el Randstad se basa precisamente en la complementariedad de sus centros urbanos y esta dinámica es la que buscamos replicar en el DPIIE, aprovechando las potencialidades y los activos específicos territoriales en el Magdalena. Si buscamos avanzar
Por: Iván Verbel Montes, Economista, doctorando en Ciencias Sociales, consultor senior de políticas públicas
