“No esperes resultados diferentes si haces siempre lo mismo”, aunque para muchos suene a frase de cliché, nos ayuda a darnos cuenta de que los modelos tradicionales de la competitividad económica, el desarrollo social y la sostenibilidad ambiental, han resultado insuficientes ante un entorno cada vez más dinámico y complejo, que demanda altos niveles de innovación y una articulación más efectiva de los diferentes actores de la sociedad.
Territorios como Santander en Europa, Tel Aviv en Asia, San Francisco en Norteamérica y Río de Janeiro en Latinoamérica, han comprendido que hoy día nos encontramos inmersos en la denominada “economía del conocimiento”, en la cual los pilares que impulsan el desarrollo económico y social son la producción y transferencia del conocimiento, la capacidad de innovación, la consolidación de sistemas de aprendizaje colectivos, la actividad creativa, la tecnología y el talento humano.
Territorios como motor económico
Estos territorios han descubierto que su competitividad dependerá de su éxito para la atracción y retención del talento humano altamente cualificado, pues en definitiva son las personas las propulsoras del verdadero crecimiento y desarrollo de los territorios.
Estos territorios, han entendido que la magnitud de los retos actuales, se convierten prácticamente en un imperativo que conduce a la adopción de una nueva escala de análisis en los procesos de planificación y competitividad territorial, proponiendo nuevos patrones de desarrollo que conduzcan a una completa renovación de la economía, de lo social, de la gobernanza, de la infraestructura física, y tengan como eje transversal la implementación de las TIC y la sostenibilidad.
Lo anterior nos lleva a afirmar que los territorios son, hoy día, el motor económico de los países y, por tanto, los gobiernos locales tienen el preponderante rol de promover el desarrollo competitivo, no solo en términos económicos, sino también sociales, culturales y ambientales.
Ya no se perciben desde una óptica unitaria en la economía, por el contrario, son consideradas como un punto estratégico en el que se gestan y fortalecen las ventajas competitivas, pues en ellas es donde se concentra la capacidad de innovación tecnológica y empresarial, el talento con conocimiento y el capital de riesgo necesarios para lograr la competitividad territorial.
¿Qué le impide al departamento del Magdalena convertirse en un territorio competitivo?
El Magdalena requiere insertarse en la nueva ola de la competitividad territorial y es por ello que, a través del proyecto Visionarios Magdalena, la invitación, es a concentrar todos los esfuerzos en destacar la capacidad que tiene el departamento para crecer a partir de la explotación del potencial que existe en su territorio.
Estamos definiendo la nueva hoja de ruta del Magdalena, y por ello es momento de soñar y hacer realidad un departamento en el que su competitividad esté determinada por la innovación, la apropiación y la difusión de conocimiento, la creatividad y el talento de sus ciudadanos, en el que se preserve el medio ambiente y sus recursos naturales, en el que se garanticen altos estándares de calidad de vida para sus habitantes, y en el que las TIC jueguen un papel protagónico en las diferentes aristas del territorio.
¡Ha llegado el momento de construir juntos el futuro del departamento del Magdalena!
Este contenido pertenece a autores expertos del equipo técnico del proyecto, y hacen referencia a los adelantos que se van desarrollando en Visionarios Magdalena; la autoría es de quien escribe y no pertenece a una mención oficial de la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena ni Vertical-i.
Por Emyle Britton Acevedo, Magister en Cooperación Internacional y Gestión de proyectos, consultor senior en políticas públicas
