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¿Cómo alrededor del mundo se produce energía preservando el medio ambiente?

El paradigma Biodiversidad Vs Desarrollo.

¿Es posible gestionar los recursos naturales de tal manera que se aprovechen los recursos energéticos para lograr una alta seguridad energética mientras se protege y regenera la biodiversidad? Desde la revolución industrial, el uso de energéticos para desarrollar todo tipo de actividades en la sociedad ha estado relacionado con el deterioro medioambiental. 

Existe el paradigma de que las regiones deben sacrificar parte de su biodiversidad para alcanzar un mayor nivel de desarrollo o mejorar el desempeño de la economía. De cierto modo, este paradigma es justificado en el hecho de que la sociedad actualmente necesita la explotación de energéticos para actividades residenciales, productivas o de transporte, lo cual ha llevado a la explotación de combustibles fósiles. Pero, desde algunas regiones se han implementado proyectos para abastecerse de energía sin sacrificar la sostenibilidad del territorio.

Este es un tema de especial importancia en el Magdalena, debido a que por su ubicación geográfica y variedad de ecosistemas que posee, tiene potencial para la producción de energía eólica, solar, eólica, offshore e inclusive biocombustibles a partir de la biomasa.

Gestión de los recursos energéticos

Una de las principales dicotomías a la hora de explotar los recursos energéticos, es minimizar el impacto que esta actividad puede llegar a tener sobre la flora y fauna. En este sentido, inclusive las fuentes de energía neutrales en carbono corren el riesgo de invadir espacios en los cuales la flora y fauna pueden verse afectados. 

En este sentido, proyectos como Red Cloud Wind Project transfieren este costo ambiental a zonas aledañas donde la afectación es mínima o nula, tales como las zonas desérticas. Esta iniciativa aprovecha la energía eólica producida por los aerogeneradores que distribuidas en 85 millas al sureste de Albuquerque, Nuevo México, generan 331 megavatios de energía eólica y alimentan alrededor de un cuarto de millón de hogares en la ciudad de Los Ángeles. 

Caso similar podría ocurrir con el Magdalena y su cercanía con el departamento de La Guajira. Usar este tipo de tecnología, equivale a eliminar medio millón de toneladas de carbono de la atmósfera.

Casos inspiradores 

Para el departamento es la iniciativa Smart Solar Charging la cual fue desarrollada en la ciudad Utrecht (Randstad). El gobierno local, con el firme propósito de cumplir sus ambiciosos objetivos de gestión del cambio climático y energía limpia, quería que tanto la energía fotovoltaica como la eléctrica crecieran más rápido y de forma más sostenible, aunque esto conlleva retos importantes en torno al rendimiento energético, el almacenamiento y el coste (cómo evitar las fluctuaciones en el suministro de energía fotovoltaica y el estrés de la red por los picos de producción). 

Por este motivo, en alianza con la empresa privada LomboXnet, se identificó que los hogares producían más energía solar de la que necesitaban y que los avances en las baterías de los coches permitían almacenar energía suficiente para alimentar un coche durante 500 km o una casa durante dos semanas. 

Con esto en mente, se empezó a utilizar las baterías de los coches eléctricos para almacenar la energía sobrante de los paneles solares de los tejados, que podría ser utilizada por los coches (que podrían ser compartidos), con la energía sobrante entregada directamente para su uso en el hogar en los días menos soleados o a la red eléctrica.

Potencialidades del Magdalena 

Se encuentran en la biomasa, la cual es un recurso abundante debido a la gran cantidad de biomasa residual, urbana y agrícola, así como la biomasa forestal proveniente de la vegetación muerta en el territorio. En este sentido, el caso de California Biomass Energy Alliance ofrece enseñanzas interesantes. 

California ha puesto en marcha más de 60 instalaciones de generación de energía a partir de biomasa durante un periodo de aproximadamente 15 años. La biomasa se produce a partir de fuentes tradicionales, como los residuos de aserraderos y plantas de procesamiento de alimentos, y de nuevas fuentes como los residuos urbanos de madera desviados de los vertederos y los huertos o los restos de poda de la quema al aire libre. 

En todos los casos, el uso de estos materiales como combustibles ha contribuido a mejorar la calidad del medio ambiente en California. 

Sin embargo, aun cuando el emergente mercado eléctrico competitivo puede amenazar a la biomasa como recurso energético debido a la diferencia de costos de generación de energía, existen muchas ventajas no reflejadas en la estructura de costos que provienen del uso de la biomasa como fuente de energía, como el aprovechamiento de residuos, la generación de valor a partir de desperdicios y la gran cantidad de empleos generados en comparación con otros energéticos neutrales en carbono debido al uso intensivo de mano de obra.

El camino por recorrer

Si bien estos casos son inspiradores y tienen un alto potencial de aplicabilidad en el Magdalena, el departamento tiene importantes desafíos que resolver para mejorar la competitividad del sector energético y poder sacar provecho de este. 

Entre los principales retos se encuentra la mejora de la eficiencia energética en el territorio, en Colombia la energía útil es del 31 % con respecto de la final, es decir, la ineficiencia en el consumo es del orden del 67 %. Esta situación cuesta anualmente al país entre 6,600 y 11,000 millones de USD al año. La adopción de mejores tecnologías reduciría el consumo (y el costo) de energía entre un 38 % y un 62 % manteniendo los mismos niveles de producción y confort. 

En este sentido, los sectores más críticos son el de transportes y el residencial, los cuales son intensivos en el uso de combustibles fósiles y tecnologías ineficientes en el consumo de energía. 

Otro de los grandes retos

Es la implementación de grandes proyectos en el sector energético. La dificultad en la construcción de grandes proyectos de generación y transmisión, las potenciales restricciones ambientales en el uso del agua y otros recursos térmicos y el desmejoramiento de los factores de disponibilidad ocasionados por el envejecimiento de los equipos, ponen en riesgo la autosuficiencia energética en el departamento. 

Así mismo, la conexión del Magdalena con mercados energéticos nacionales e internacionales no es la adecuada, esto en gran parte por la necesidad de infraestructura para la prestación de servicios públicos. La cobertura y calidad de los servicios energéticos no es eficiente, el abastecimiento energético confiable, sostenible y asequible implica garantizar unos niveles mínimos de calidad del servicio, lo cual también exige avanzar en el mejoramiento de estos indicadores.

Por: Moisés Galvis: Economista.

Especialista en diseño y evaluación de proyectos, consultor junior de proyectos.

Evento de Cierre

Visionarios Magdalena se enorgullece en compartir su evento de cierre, el cual tendrá lugar en el salón Bolívar 1 del Hotel Zuana, el día lunes

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