Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda mundial de energía aumentará aproximadamente en 30%, esto como consecuencia del constante crecimiento de la economía y la población. Colombia no es la excepción a esta tendencia, luego de la caída de 7% del PIB en 2020, el país tuvo la tasa de crecimiento más alta entre las economías de Latinoamérica, siendo esta de 10,7%, según la UPME.
Este crecimiento se asocia a un aumento en la demanda para la seguridad energética. De acuerdo con la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) en 2021, el consumo de combustibles líquidos fue de 4.894 millones de galones, lo cual representó un aumento en el consumo de 30% con respecto a 2020, mientras que el crecimiento de la demanda por energía eléctrica fue de 5,24%.
De los residuos a los biocombustibles
Restos de guineo, papaya o de productos agrícolas, desechos industriales, ganaderos e inclusive los desechos humanos. Todo esto usualmente asociamos a basura y desperdicios sin algún tipo utilidad, en realidad es la materia prima para la generación de bioenergía.
Ahora te preguntarás ¿Qué es la bioenergía? Es la energía proveniente del aprovechamiento de la biomasa para obtener energía eléctrica, térmica o biocombustibles. Por otra parte, la biomasa la podemos definir como todo material orgánico formado de manera biológica, por lo que es abundante en el planeta. Aunque la consciencia sobre el potencial de la biomasa va en aumento, lo cierto es que desde tiempos ancestrales la humanidad la ha usado como fuente de energía, como el uso de la leña para encender hogueras.
El uso de los residuos para la producción de biocombustibles es una de las mejores alternativas para la obtención de bioenergía, debido a que permite reemplazar a los combustibles fósiles con fuentes de energía renovable, al tiempo que se contribuye a mitigar el daño medioambiental y se utilizan los residuos de las actividades humanas.
Los biocombustibles se pueden producir a partir de diferentes residuos de origen orgánico, como pueden ser desde los residuos agrícolas, desechos forestales como el aserrín de la madera, desechos agroindustriales, agropecuarios e inclusive desde los desechos de uso urbano como el aceite de cocina usado o residuos humanos sólidos.
Casos que inspiran
Hoy en día existen iniciativas innovadoras que aprovechan la biomasa para la producción de biocombustibles. Estas ideas han sobresalido por aprovechar la biomasa de maneras innovadoras o por solucionar dificultades con respecto al uso de biocombustibles. Una de estas iniciativas es Lanzajet, esta empresa estadounidense desarrolló una tecnología propia para convertir los residuos en bioetanol a partir de varias fuentes, como los residuos municipales, los residuos agrícolas, los gases residuales de la fabricación y la biomasa.
Este biocombustible reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles convencionales, además de superar uno de los grandes retos de los biocombustibles en ese momento: la congelación del combustible a grandes alturas para su uso en aviones.
Otro caso destacable es Manta Biofuel, cuyos principales logros han sido resolver simultáneamente los retos de la sobreexplotación de las tierras de cultivo, la emisión de enormes cantidades de dióxido de carbono mediante la reproducción y cultivo de microorganismos de algas, y la reducción de costos para la producción de biocombustible por medio de nanopartículas de magnetita.
Esta empresa produce biocombustible neutro en carbono, cultivando algas en estanques abiertos, utilizando una tecnología patentada de recolección magnética para recoger la biomasa concentrada y la convierten en biocombustible mediante reactores de licuefacción hidrotérmica.
El potencial de Colombia
De acuerdo con la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, en Colombia se generan aproximadamente 12 millones de toneladas de basura al año, de los cuales solamente se recicla el 17%. Esto nos muestra la baja tasa de aprovechamiento de residuos del país en general, teniendo en estos residuos una potencial fuente de energía que al mismo tiempo que mitigaríamos el impacto medio ambiental de estos desperdicios. Sin embargo, debemos pensar en grande.
Según Finagro, la biomasa en Colombia representa alrededor del 17% de las fuentes disponibles para producir energía, el país cuenta con ventajas competitivas por el alto rendimiento de los cultivos de azúcar y palma en el país. Según Twenergy, para 2019 en Colombia los cultivos de caña de azúcar produjeron aproximadamente 1,5 millones de toneladas anuales de bagazo.
Además, en el país se tiene un enorme potencial de siembra de palma africana y en la actualidad de este cultivo se obtiene aproximadamente el 87% de la producción nacional de aceites y grasas, lo cual a su vez es una potencial fuente de biomasa, bien sea para la generación de biocombustibles o energía térmica.
A modo de conclusión, no necesitamos explorar en la luna con el propósito de encontrar soluciones para la seguridad energética nacional, es muy probable que esas soluciones siempre hayan estado frente a nosotros y sólo es necesario empezar a adaptarnos para aprovecharlas.
Este contenido pertenece a autores expertos del equipo técnico del proyecto, y hacen referencia a los adelantos que se van desarrollando en Visionarios Magdalena; la autoría es de quien escribe y no pertenece a una mención oficial de la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena, ni Vertical-i.
Moisés Galvis: Economista, especialista en diseño y evaluación de proyectos, consultor junior de proyectos.
